La fobia social (FS) esta considerada un trastorno de ansiedad. Una de sus características centrales es el miedo y la evitación de un amplio rango de situaciones sociales que suponen algún tipo de compromiso interpersonal.
Tanto el miedo como la evitación pueden manifestarse de formas muy variadas, pero, en cualquier caso, limitan las posibilidades de desarrollo personal y afectan a la calidad de vida en general, a través de distintos grados de interferencia interpersonal, emocional y cognitiva en el funcionamiento cotidiano.
Lo cierto es que los pacientes que presentan este trastorno experimentan un importante nivel de ansiedad que excede, con mucho, la realidad amenazante. Se trata de personas con una marcada tendencia hacia los pensamientos negativos, baja autoestima, y una atribución interna de las dificultades. En el ambiente o situación temidos, suelen dar muestras de temblor, sudor, enrojecimiento y elevación de la tasa cardíaca.
La FS tiene los índices más altos de prevalencia dentro de los trastornos de ansiedad y ocupa el tercer lugar dentro de todos los trastornos mentales.
Dentro de los modelos que explican la FS, aparece una primera fase de fracaso en las experiencias sociales, en la que aparece una experiencia social negativa, con sus respuestas fisiológicas correspondientes (rubor, taquicardia, temblor, sudor, etc.) y una anticipación de consecuencias negativas ante otras situaciones sociales. Y una segunda fase de reforzamiento de la evitación social en la que aparece una sensación de alivio y desaparición de síntomas de ansiedad, que tiene como consecuencia la evitación de situaciones sociales (Echeburúa, 1995), generando el circulo propio de todos los trastornos de ansiedad: situación, respuestas fisiológicas negativas y evitación de la situación.
Para la evaluación de la TS se utilizan entrevistas estructuradas y cuestionarios específicos, es necesario conocer la especificidad, frecuencia e intensidad del trastorno para una adecuada intervención y tratamiento del mismo.
Una vez más, la terapia cognitivo-conductual se ha mostrado muy efectiva para el tratamiento del trastorno. Reestructuración cognitiva, entrenamiento en autoinstrucciones, técnicas de regulación y control emocional, técnicas de exposición con prevención de respuestas de evitación y entrenamiento en habilidades sociales son técnicas que se suelen incluir en el tratamiento de la Fobia Social.
Miguel San Martín. Psicólogo sanitario