Los trastornos de la conducta alimentaria en adolescentes, anorexia, bulimia y atracones, se producen por la necesidad de tener un buen cuerpo, lo que genera ansiedad y una alteración en los hábitos alimenticios para conseguirlo.
Son enfermedades que causan graves perturbaciones en la forma de comer, ya sea por defecto o por exceso, y que habitualmente aparecen acompañadas de alteraciones relacionadas con el peso y la imagen corporal.
Este tipo de trastornos tienen consecuencias psicológicas, como: baja autoestima, sentimientos de falta de control, depresión, ansiedad, aislamiento, dificultad para expresar emociones y sentimientos, problemas familiares y en las relaciones interpersonales, etc.
Los factores sociales juegan un papel importante en los trastornos de la conducta alimentaria, el valor que se da en la sociedad a estar delgado, el enfoque, a veces exagerado, de delgadez=salud, delgadez=éxito, el canon actual de belleza tanto en mujeres como en hombres, etc.
Prevalencia
Existe una prevalencia mayor de este tipo de trastornos en jóvenes entre los 13 y 17 años debido a los cambios físicos y emocionales que se dan en estas edades, y mayor vulnerabilidad ante los estereotipos que ven en los medios de comunicación y las presiones sociales.
Detección precoz
Los padres deben actuar ante cualquier conducta “sospechosa” de sus hijos y consultar con un profesional para evitar este tipo de trastornos cuyo pronóstico puede ser muy grave para la salud de los hijos.
Tipos de trastornos alimenticios
Los trastornos alimentarios más comunes y conocidos son los llamados específicos, que incluyen la anorexia nerviosa, la bulimia nerviosa y el trastorno por atracones.
La anorexia nerviosa se caracteriza por un rechazo al mantenimiento del peso normal de acuerdo con la edad y la altura, miedo intenso a engordar, a pesar de existir un peso por debajo del ideal, existencia de una distorsión perceptiva de la imagen corporal, negación total o parcial de la enfermedad y, en caso de mujeres, la existencia de amenorrea primaria o secundaria.
La bulimia nerviosa viene definida por una preocupación excesiva por la comida que da lugar a la aparición de episodios repetidos de ingesta excesiva de alimentos, puesta en práctica de medidas extremas para controlar el aumento de peso tales como vómitos provocados, abuso de laxantes y diuréticos, consumo de fármacos supresores del apetito, períodos de ayuno y, al igual que en los casos de anorexia nerviosa, una preocupación excesiva por el peso.
El trastorno por atracón es un trastorno alimentario grave en el que la persona que lo padece consume con frecuencia grandes cantidades de comida y siente que ha perdido el control durante el atracón. Después de la sobreingesta, la angustia severa o preocupación por el peso suele aparecer. La depresión parece ser una de las causas, ya que la mayoría de pacientes sufren un trastorno depresivo. También parece existir relación entre la gestión emocional y el trastorno por atracón, pues la ira, la tristeza, el aburrimiento, o el estrés favorecen al desarrollo de los síntomas.
Tratamiento
El tratamiento de los trastornos de la conducta alimentaria, se suele estructurar en función de los objetivos a conseguir en cada una de las fases de intervención:
• Normalización del comportamiento alimentario
• Reestructuración cognitiva
• Adquisición de recursos y habilidades básicas de afrontamiento
• Eliminación de la distorsión de la imagen corporal
• Preparación para el alta y prevención de caídas
Los trastornos de la conducta alimentaria pueden tener nefastas consecuencias en la salud física y mental de los jóvenes y adolescentes, la atención y tratamiento psicológico es pieza clave para un tratamiento de éxito.
Juan Miguel San Martín Rodríguez. Psicólogo Sanitario